La estación de esquí de Ischgl, que está situada en el valle de Paznaun (Tirol, Austria) y es conocida como la 'Ibiza sobre hielo', podría haber sido uno de los mayores focos de propagación del coronavirus en Europa, informó a principios de este mes The Guardian.
El diario británico señala que al menos 6.000 personas aseguran haber contraído la nueva enfermedad en dicho lugar entre finales de febrero y principios de marzo, indicando que al menos 28 de ellas fallecieron a causa de esa afección.
Ischgl es una de las estaciones de esquí más populares de todo el Viejo Continente, que cuenta con numerosas 'boutiques', hoteles de lujo, restaurantes y bares donde los turistas se divierten tras pasar un día practicando deporte en las pistas. Un tercio de su economía depende del turismo, principalmente proveniente de Alemania e Italia, que deja en la localidad unos 8.400 millones de euros al año.
The Guardian asegura que a mediados de marzo estaba claro que la gente que visitó el valle tirolés y luego regresó a sus respectivos países fue uno de lo principales aceleradores de la primera ola de covid-19 que azotó Europa.
La propagación del virus
En este sentido, el medio sostiene que en el mencionando continente "ningún lugar ha provocado más ira que Ischgl", detallando que los brotes en el norte de Alemania, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia tienen su origen en los esquiadores que estuvieron en dicha localidad austríaca.
Un abogado natural de Austria está llevando a cabo una demanada colectiva contra la región del Tirol argumentando que no se cumplieron las normas de salud pública. De momento, ha reunido las firmas de más de 6.000 turistas de hasta 47 países distintos que creen haberse enfermedado de coronvirus en Ischgl.
El 4 de marzo una turista islandesa que había estado en Ischgl del 22 al 29 de febrero escribió al hotel donde se alojó para informar que ella y dos miembros de su familia que la acompañaron habían dado positivo al regresar a Reikiavik.
Destino de alto riesgo
Un día después Islandia declaró esa localidad tirolesa como destino de alto riesgo, como hiciera antes con Wuhan, la ciudad china donde se registró el primer caso de coronavirus. Pero las autoridades locales no tomaron cartas en el asunto.
Ese mismo día un noruego se convirtió en la primera persona en dar positivo en la propia ciudad. Trabajaba como barman en Kitzloch. El gerente de ese local negó que hubiera regresado de unas vacaciones a Italia, como se especulaba. Al cabo de dos días se anunciaron 15 infectados más y el bar decidió cerrar sus puertas.
"Si Ischgl hubiera sido puesto en cuarentena una semana antes miles de turistas no se habrían contagiado", declaró el Dr. Peter Kolba, presidente de la Asociación Austríaca de Protección al Consumidor. "Y el virus no se habría extendido por toda Europa", añadió.
"Agravaron el problema"
Kolba presentó en junio una denuncia penal en la Oficina Federal Económica y Anticorrupción de Austria para examinar por qué se permitió la propagación del virus, que está dirigida contra 21 propietarios de bares y funcionarios locales como posibles sospechosos, así como el Gobierno austríaco por su "exportación calculada" de la enfermedad. De demostrarse la culpabilidad, podría dictarse una indemnización de cientos de millones de euros para las personas afectadas por dicha situación sanitaria en Ischgl.
El 10 de marzo las autoridades decretaron el cierre de todos los bares en la localidad tirolesa, pero algunos locales –incluidos restaurantes– estuvieron abiertos dos días más, cuando el canciller austríaco, Sebastian Kurz, anunció una cuarentena "con efecto inmediato" en todo el valle de Paznaun, instando a los turistas a abandonar el lugar y regresar a sus respectivos países.
"Al hacer que todos se fueran al mismo tiempo agravaron el problema", explicó Nigel Mallender un británico jubilado que se contagió en dicho complejo turístico. "Cualquiera en ese autobús que no hubiera estado contagiado ya estaría empapado por el virus al final del viaje", agregó en relación con los autobuses que evacuaban a los turistas de Ischgl, que iban abarrotados debido al temor general.
"Enormes exageraciones"
En este sentido, Mallender cree que la forma en que las autoridades locales manejaron el brote exportó "de manera eficiente" el virus al exterior. "Si la gente murió porque las ganancias se antepusieron al bienestar, entonces eso debe cuestionarse", espetó, exigiendo una investigación al respecto.
Por su parte, los dueños de los negocios de esa localidad afirman que están siendo chivos expiatorios y que las noticias sobre "escenas orgiásticas" acontecidas allí son "enormes exageraciones". Alexander von der Thannen, jefe de la Asociación de Turismo de Ischgl Paznaun, asegura que Europa les ha señalado con el dedo —en parte— debido al "resentimiento por su éxito comercial", arguyendo una supuesta "cultura de la envidia".
"Se han escrito muchas cosas sobre Ischgl que no son ciertas. Han hablado mal y se han burlado de nosotros", subrayó Von der Thannen. "¿Es posible que una pequeña aldea haya llegado a infectar al mundo entero? ¿Diez millones de personas? Seguramente no", concluyó.
RT
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